Una de las primeras lecciones que recibimos los zootecnistas en la universidad, y que debemos llevar en nuestra mente toda la vida para la toma de decisiones, es: “ Alrededor del 70% de los costos en producción animal, corresponden al rubro de alimentación”. Sin duda alguna podemos confirmar a diario este concepto, y ahora más que nunca, con el alza global de los precios del maíz y la soya (responsables del 30 al 50% de los costos de alimentación), necesitamos evaluar alternativas que compensen en gran medida el incremento de los costos de producción. Una de las primeras alternativas que se nos viene a la mente es el buscar
sustitutos para el maíz y la soya con valores nutricionales similares y precios más bajos. Otras de las alternativas válidas para algunos productores son el disminuir el volumen de producción, el retiro temprano de ciertos grupos de animales y, una de las que más se ha percibido en el mercado de nutrición animal, el limitar el uso de suplementos y aditivos que “aparentemente no son fundamentales para producir”.
De todas las alternativas anteriormente descritas que buscan reducir costos de alimentación, es la última la que ha demostrado traer graves consecuencias productivas. Los suplementos, son fuentes concentradas de nutrientes que tienen funciones nutricionales o fisiológicas vitales para el mantenimiento y productividad de los animales de granja y de cualquier ser vivo. Por otro lado, los aditivos son sustancias que se agregan al alimento para mantener o mejorar su inocuidad, su aspecto, digestibilidad o su palatabilidad. Los suplementos y aditivos están íntimamente relacionados con el correcto funcionamiento del organismo animal, ya sea para mantenerlo con vida o para aumentar su capacidad de producción (carne, huevos, leche y derivados).
Todos los nutricionistas tenemos en mente siempre que si no somos capaces de cubrir todos los requerimientos nutricionales necesarios para el mantenimiento, no lograremos producir proteína animal de manera eficiente y rentable, por ello, los suplementos y aditivos, son fundamentales para lograr esta eficiencia y rentabilidad. Con todo lo anteriormente mencionado, les quiero decir, que si están pensando en prescindir de algún suplemento o aditivo con la finalidad de reducir costos en alimentación, es necesario realizar previamente un análisis consciente y minucioso para evaluar el impacto que tendrá su ausencia en la salud y productividad de las aves.
Las algas marinas, especialmente las macroalgas, son
una excelente fuente natural de compuestos bioactivos (ácidos grasos poliinsaturados, polifenoles, polisacáridos, pigmentos, vitaminas, aminoácidos, minerales, etc.) con propiedades antimicrobianas, antioxidantes, antiinflamatorias, etc.
Actualmente, el uso de suplementos y aditivos empleados en la fabricación de alimentos balanceado para producción animal, tiene como finalidad suprema el incrementar la inocuidad y digestibilidad del alimento (p. ej. secuestrantes y enzimas, respectivamente) para lograr eficiencia nutricional y salud intestinal. Estos últimos, constituyen el gran desafío de la producción animal, que de ser superados, darían paso a una actividad más rentable para el productor.
Es por esa razón que en mis siguientes líneas hablaré sobre uno de ellos, salud intestinal, y una estrategia rentable que ha mostrado resultados satisfactorios en broilers a niveles comerciales.
Salud intestinal
Los que nos dedicamos a la nutrición, producción animal o a la fabricación de alimentos balanceados, hemos escuchado alguna vez sobre salud intestinal, y la mayoría de nosotros creemos que conocemos al dedillo este concepto. En la actualidad, no existe una definición clara de salud intestinal, pero lo que sí es posible definir es lo que realmente este término incluye: integridad morfológica, funcionalidad del tracto intestinal (digestión y absorción de nutrientes), metabolismo tisular, balance energético, desarrollo de la barrera intestinal, microbiota adecuada y una respuesta inmune e inflamatoria eficiente, sostenida y en equilibrio.
Cuando alguno de estos factores anteriormente citados falla, lo primero que se ve afectado es el proceso digestivo, seguido inmediatamente por una notable disminución de la absorción de nutrientes, teniendo como resultado un ave con una pobre conversión alimenticia y una alta susceptibilidad para adquirir cualquier tipo de enfermedades. Esta susceptibilidad es provocada por los cambios en cantidad y calidad de la microbiota intestinal, ya que al disminuir la absorción de los nutrientes quedan disponibles en el intestino lo que permite la multiplicación de la microbiota, ocasionando un desbalance intestinal o disbacteriosis.
Para evitar estos cambios negativos en la microbiota intestinal y el prejuicio económico que esto trae consigo, es fundamental mantenerla equilibrada, y es aquí donde tenemos que colocar todos nuestros esfuerzos en analizar y elegir las mejores soluciones, de preferencia las más naturales posibles para evitar generar una recarga metabólica en el animal por la asimilación de productos químicos, que en estos casos puede llegar a empeorar el cuadro. Una alternativa que está ganando mucha importancia a nivel mundial es el uso de algas marinas, especialmente macroalgas, en la formulación de alimentos balanceados.
¿Por qué algas marinas?
Las algas marinas, especialmente las macroalgas, son una excelente fuente natural de compuestos bioactivos (ácidos grasos poliinsaturados, polifenoles, polisacáridos, pigmentos, vitaminas, aminoácidos, minerales, etc.) con propiedades antimicrobianas, antioxidantes, antiinflamatorias, etc.
Una selección adecuada de algas marinas a niveles bajos de inclusión, no solo es capaz de mejorar el desempeño productivo en broilers, sino que además mejora su estado de salud actuando como antiinflamatorio, antioxidante, estimulante del sistema inmune (especialmente las algas pardas), modificador del microbioma intestinal, entre otros beneficios ya documentados.
Existe una basta literatura entre artículos científicos y capítulos de libros donde se mencionan a las algas marinas y su importante rol en la alimentación de diferentes especies como: rumiantes, cerdos, conejos, caballos y aves (broilers y ponedoras), sin embargo, no se tienen análisis detallados de los efectos de
las algas en la nutrición avícola. Es por esta razón que tuve la iniciativa de realizar una investigación sencilla para evaluar dichos efectos en broilers, para ello se hizo un ensayo en una granja comercial en Lima, donde un grupo consumió un mix de algas y otro grupo continuó con su dieta normal. Del grupo que consumió el mix de algas, se tomaron seis pollos vivos escogidos aleatoriamente, los cuales fueron llevados al laboratorio donde fueron sacrificados y posteriormente examinados.
Prueba de campo en broilers
Entre noviembre del 2020 y enero del presente año, se realizó un ensayo de campo en una reconocida granja avícola del país dedicada a la cría de pollos broilers.
El ensayo consistía en mostrar los beneficios de las algas marinas para la salud general de las aves, pero debido al tema del presente artículo, solo serán mostrados los resultados correspondientes al apartado de salud intestinal. Para este ensayo se separaron dos galpones, uno de ellos constituyó el grupo testigo y el otro, el grupo tratamiento.
Al día 34 de crianza, se separaron seis aves de cada galpón y fueron trasladadas vivas por el equipo de ALFABIOL, un reconocido laboratorio veterinario en la ciudad de Lima, en donde fueron sacrificadas y trabajadas de manera individual. Los intestinos fueron separados, evaluados minuciosamente y expuesto su contenido con la finalidad de encontrar alguna diferencia macroscópica en ambos grupos. Fueron consideradas las porciones del duodeno, intestino medio y ciegos. Es posible observar, en las imágenes expuestas anteriormente, una diferencia clara en el aspecto del intestino en ambos grupos. El grupo suplementado con algas marinas muestra un intestino más limpio y en mejor estado de salud respecto al grupo testigo. Finalmente, se expone el Score de lesiones intestinales obtenido después de la evaluación de los intestinos completos en ambos grupos de aves.
Como resultado del examen macroscópico, se observa que el grupo tratado con el mix de algas marinas, tiene valores menores en el Score de lesiones intestinales en comparación al grupo testigo. Esto significa que el suplemento de algas marinas evidencia una mejora significativa de la salud intestinal, pudiendo percibir aves con valores de 1 y 0, lo que indica lesiones leves y ausencia de lesiones, respectivamente.
Una alternativa que está siendo cada vez más evaluada y documentada, es el uso de algas marinas en la elaboración
del alimento balanceado a bajas dosis.
Conclusiones
El alza de precios de los insumos, nos obliga a hacer más conscientes con el uso de los mismos. Esto quiere decir que necesitamos lograr los mismos beneficios que teníamos antes del alza o mayores, con menos cantidad de alimento suministrado. La evidencia científica nos dice, que enfocar en reducir aditivos y suplementos no es la mejor solución, pues aunque pensemos que se reducen costos, la verdad es que se perjudica la salud del ave, lo que al final nos trae mayores costos de producción por largos tratamientos y aumento de la mortalidad.
Una alternativa que está siendo cada vez más evaluada y documentada, es el uso de algas marinas en la elaboración del alimento balanceado a bajas dosis.
Una prueba de campo en la ciudad de Lima, mostró una mejora significativa de la salud intestinal de broilers, con el uso de un mix estratégico de algas marinas, lo cual se vio reflejado en los resultados de Score de lesiones intestinales. Vale la pena mencionar que esta mejora de la salud intestinal, trajo beneficios productivos y económicos en los galpones donde se realizó el experimento, según lo reportado por el veterinario encargado de la granja.